Ella dijo: te quiero hoy y te querré siempre.
Él se puso feliz, le abrazo y le beso.
Aunque ambos sabían que la palabra siempre no existe, y que un día ya no podrían decir siempre. Pero no se entristecieron de ello, sonrieron del presente. Ahora, del pasado. Siguen sonriendo, cada uno por su lado.
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